PARTIDOS POLÍTICOS (III), MOTIVOS PARA SER POLÍTICO



Sólo se me ocurren cuatro motivos para presentarse a ser político:

Uno es que alguien quiera ganarse la vida mediante la política, ya sea ocupando un puesto de gestión dentro de un partido, o trabajando en alguna institución del estado, o incluso como asesor o secretario de otro político.

El segundo motivo para ser político es intentar alcanzar posiciones de poder o influencia que llevan consigo los puestos en las administraciones, ya sea para interés propio o para poder intercambiar favores con empresas u organizaciones.

El tercer motivo que se me ocurre es creerse un iluminado, un salvador, un guía, un terapeuta social, un justiciero, un héroe que persigue utopías, o es defensor de ideologías salvadoras.

El cuarto motivo es por responsabilidad. Somos seres sociales, somos comunidades y somos sociedades con vínculos. Intercambiamos servicios y bienes y compartimos espacios, culturas, costumbres y gustos. Todo eso implica conflictos, relaciones y decisiones que hay que tomar, y por eso es necesario que, en algunos casos, alguien las tome; alguien tiene que tomar decisiones que afectan a muchos.

En el cuarto caso, ser político no es ningún honor, sino más bien es un mal necesario, una responsabilidad muy incómoda, pues se debe saber que en toda decisión que afecta a otros, vamos a perjudicar a muchos de ellos, o por lo menos, decidiremos algo que no les va a gustar a todos. Cada decisión nuestra favorecerá a unos y perjudicará, sin posibilidad de evitarlo, a otros.

Ese daño hay que asumirlo como políticos, sin esconderlo ni disfrazarlo, y solo se puede asumir desde la madurez, la humildad y la empatía con el dolor que causamos.

 

Los motivos por los que los candidatos quieren dedicarse a la política tienen influencia en el funcionamiento de la sociedad. No es lo mismo tratar de hacerse una carrera política, que crearse una red clientelar por medio de comerciar con el poder que se consigue en la política, que ser un iluminado o salvador, o simplemente ser político por sentimiento de deber ciudadano.

 

Casi con seguridad todos los políticos tienen una mezcla de las cuatro motivaciones para serlo, pero no todos en la misma proporción.

 

¿A qué tipo de político queremos premiar como votantes?

A lo mejor buscamos salvadores o iluminados que nos hagan felices. O buscamos a abanderados que defiendan nuestros intereses personales.

¿Qué pensaremos la próxima vez que alguien se alegre por ganar unas elecciones?

¿Es motivo para celebrar algo ser elegido para tomar decisiones en nombre de otros?



 

 

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