DE LA META AL MITO. Los valores imposibles de alcanzar. Cómo disminuir la violencia social.
LA QUIMERA |
Todo movimiento, o empresa, necesita una meta, un objetivo.
Cuando el objetivo es imposible de
alcanzar, para mantener vivo el movimiento, es necesario pasar de la meta al
mito.
La utopía viene a ser un mito
inalcanzable, pero que para muchos es una forma de enfocar o encauzar una
energía dirigida hacia un objetivo.
Lo malo de dirigirse hacia algo que
es imposible de alcanzar es que produce frustración, y supone un gasto
energético gigantesco.
La frustración viene de la
imposibilidad de marcar un punto donde se dé por terminado el trabajo, y el
gasto gigantesco de energía es consecuencia de un camino que no tiene fin.
La utilidad de las utopías, a veces,
se justifica por la metáfora, o el mito, del arquero que apunta a la luna, que
nunca consigue llegar a ella, pero que, de tanto intentar apuntar para
alcanzarla, se convierte en un buen arquero.
La fábula del arquero de la luna es
muy engañosa. También el arquero llegaría a ser bueno si apuntara a objetivos
alcanzables, y pudiera medir sus logros. Encima, cada objetivo alcanzado ya
sería algo conseguido. Desperdiciar flechas apuntando a la luna no sirve más
que como gasto energético inútil.
Tengo que definir en este momento
qué es un mito.
Mito es una historia imaginaria,
que modifica la realidad, por tanto, que no representa con verosimilitud la
realidad, ni las cualidades de algo, y le da más valor que el que tiene.
Mitos son la igualdad, la libertad,
la seguridad, la justicia, la belleza, la paz, la bondad.
Todas esas cosas son imposibles de conseguir, muchas de las veces son, incluso,
nada convenientes, y algunas de ellas se contradicen entre sí.
Es imposible alcanzar la igualdad,
y muchas veces buscarla trae malos resultados, contraproducentes, nada
convenientes.
Lo que no quiere decir que a veces
sea de utilidad. Pero ya no podemos decir que la igualdad es una meta buena
porque sí, sino tenemos que estudiar cuando y en qué condiciones la podemos
buscar, y cuando nos conviene alcanzar cierta igualdad. No es lo mismo.
La libertad es imposible de alcanzar,
por la misma razón, y a veces la libertad no es conveniente, incluso la
libertad puede ser todo un problema, y un peso. La libertad, además se
contrapone a la seguridad. Si algo es seguro que va a ocurrir, y no podemos
evitarlo, entonces somos menos libres. Cuando aumenta la libertad disminuye la
seguridad, y viceversa.
Las empresas, y los movimientos,
tienen que tener un objetivo, es cierto, pero creo que es mejor enfocar sobre objetivos
bien estudiados, posibles de alcanzar, mirando la realidad, como un sistema que
tiene consecuencias, y estudiando todo, incluyendo las culpas y responsabilidades
de cada acto.
Creo que es necesario, otra vez,
salir del mito al logo, e ir más allá del mismo. No nos podemos quedar en el
logo otra vez. El logo es la razón, el orden. Y el orden sirve para clasificar
y entender, pero la realidad también es subjetiva, emocional. Los seres humanos
no somos racionales en su totalidad. Entonces tenemos que pasar del mito, al
logo, y del logo a una forma de pensamiento y de ciencia que sepa navegar en lo
subjetivo.
Creo que para ser más eficientes en
la resolución de problemas, nos conviene salir de la búsqueda de metas imposibles,
de mitos, de utopías.
Otra razón para salir de las
búsqueda de utopías y mitos es que nos está destruyendo como sociedad. Nos está
enfrentando.
Si algunos creen, que cosas, como
buscar la igualdad son metas deseables y alcanzables, mientras otros buscan la
diversidad, que implica que no podemos ser iguales, entonces el enfrentamiento
está asegurado, si los consideran valores absolutos, y no relativos, y con
limitaciones.
Los que buscan la libertad,
creyendo que en realidad la pueden alcanzar, se enfrentan con otros que buscan
la seguridad como un valor absoluto real y alcanzable. Eso significa la guerra
entre unos y otros. Y poco importa si consideran la libertad como ausencia de
coacción, o consideran la libertad como capacidad de control sobre su propia
vida. Ambas son imposibles como absolutos, aunque puedan aumentar o disminuir.
En definitiva, la consideración de
los valores absolutos, la persecución de utopías, mitos, ideologías, contribuye
a la destrucción y enfrentamiento, dentro de la sociedad.
La búsqueda de mitos inalcanzables lleva a la violencia, y a un tipo de violencia inútil y evitable.
Los partidos políticos, en la mayoría de países, actualmente, tienen una tendencia a buscar mitos, representar ideologías, perseguir utopías; marketing que vende ilusiones inalcanzables, con el objetivo de llegar al poder.
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