VÍNCULO, ¿QUÉ ES?

Vínculo es la afectación que se produce en la vida de un sujeto por el devenir de la vida de otro.

No todos los acontecimientos de la vida de una persona afectan a la vida de otra, por ejemplo, dos personas pueden tener cierto vínculo pero el que una se cambie de zapatos no tiene porqué, necesariamente afectar a la vida de la otra. Hay acontecimientos y acciones que afectan a la persona con la que está vinculada, y hay otros que no.

Si yo debo dinero a alguien y me compro una casa, agotando mis ahorros, es posible que afecte a la persona a la que debo dinero, pues si pierdo mi trabajo, y no tengo más ingresos, puede que no pueda pagar mi deuda con él. Si muero es posible que tampoco pueda pagarle.

Algunos acontecimientos y acciones de mi vida le pueden afectar. Estamos vinculados. Pero el que yo juegue al fútbol esta tarde no le afecta. A menos que por jugar al fútbol sufra un infarto.

Los sujetos de las sociedades se vinculan a través del mecanismo de la deuda.

La deuda es un dar y tomar, o intercambio, diferido. Yo te doy algo a ti, y tú no me das algo a cambio en este mismo instante, pero tienes la sensación de que me debes dar algo en un futuro, y yo tengo la sensación de que me debes compensar por lo que te he dado.

En el caso de que diéramos y tomáramos en el mismo instante, en el caso de un intercambio instantáneo o trueque, entonces no habría deuda. No existiría vínculo entre ambos. Quedaríamos libres el uno del otro.

 

Damos y tomamos bienes y servicios. El concepto servicio lo utilizo de forma amplia. Servicio es cualquier cosa que a ti te sirva: compañía, ayuda, sabiduría, apoyo, amor. Entonces damos y tomamos bienes y servicios de amor, apoyo, compañía, sabiduría.

La compensación entre el dar y tomar es algo que solo valoran los dos sujetos involucrados. Es un sentimiento individual, que ambos tienen que acordar y compartir. No se puede obligar a ninguno a sentir de una determinada forma, pero al mismo tiempo, para sentir que la deuda ha sido liquidada debe haber acuerdo de sentimiento en ambos.

Esta necesidad de acuerdo para liquidar una deuda puede causar un gran problema social, pues, ¿qué ocurre si no hay acuerdo de cómo se siente cada uno?

No existe patrón de referencia para decidir que uno ha devuelto aquello que se le dio. Es un sentir. Ni aún devolviendo exactamente aquello que recibió quiere decir que eso tengo ahora el mismo valor que aquello. Si yo recibí un vaso de agua en el desierto cuando estaba a punto de morir, no tiene el mismo valor que yo devuelva esa ayuda, con un vaso de agua, cuando la tenemos disponible cualquiera de un grifo.

 

Todo lo que damos tampoco lo hacemos con la exigencia de que se nos de algo a cambio, si acaso una fórmula de agradecimiento, un “gracias”, y a veces no pedimos ni eso. Es por nuestra parte un dar gratis, sin pedir nada a cambio. Lo que no implica que la otra persona lo sienta así. El que nosotros no pidamos nada a cambio no significa que el otro sujeto no sienta que nos debe compensar. Las sensaciones de cada cual son independientes.

 

Hasta ahora he contemplado el vínculo del dar y tomar de algo de valor, pero también se puede dar y tomar algo de “desvalor”, es decir, producir en el otro un daño, que también es vinculante.

Si yo hago daño a otro sujeto, el otro siente la necesidad de producir un daño en mi mayor, menor o equivalente. El daño también se intercambia, y se guarda como deuda en forma de sentimiento de venganza.

Si yo te hago daño y tú me lo devuelves en este mismo instante, nos peleamos, y llegamos a un acuerdo de que ya se acaba la pelea, y no necesitamos hacernos más daño, pues el que nos hemos infringido ya es suficiente para ambos, entonces no produce sentimiento de venganza. Pero si alguien sufre una agresión y no ha podido devolverla, en el caso de que sienta que quiera hacerlo, entonces surge la necesidad de hacer daño en un futuro, o sentimiento de venganza.

De nuevo como en el intercambio de cosas de valor, solo los dos sujetos que dan y toman pueden resolver cual es el grado de perjuicio mutuo que calma su sensación de compensación.

 

Ambas formas de intercambio diferido, de valor y daño, producen vínculos y dan lugar a la creación de sociedades. La necesidad de regular estos vínculos y relaciones, da lugar a que se creen mecanismos y tecnologías que solucionen los problemas de no ponerse de acuerdo dos sujetos. De ese problema surge la necesidad de sistemas de toma de decisiones conjuntas, de leyes, de estados, de normas, y costumbres, y todo el demás entramado que constituye materialmente una sociedad.